BEATO JUAN SORETH
Su vida
Nació en Caen (Normandía-Francia) en 1394. Siendo muy
joven vistió el hábito carmelitano en su misma ciudad.
Por el 1417 se ordenó sacerdote y el 26.5.1440, después
de haber regentado los estudios en varios conventos, recibió el Magisterio de
Teología en París.
El 1440 fue elegido provincial de Francia y en 1451
Superior General de toda la Orden, cargo que desempeñó hasta su muerte.
El beato Juan Soreth es sin duda una de las figuras más
eminentes en la historia de nuestra Orden. Su celo infatigable, desplegado sobre
todo como General del Carmelo, la propagación que hizo de la Segunda Orden, su
pureza y santidad de vida, lo unen a las grades figuras que vivieron con las más
vivas ansias y el más grande ardor el espíritu y los anhelos del profeta Elías.
Bien se le puede apellidar como el "Reformador
del Carmelo", en un tiempo verdaderamente crítico.
Estaba convencido de que el Carmelo sólo puede
florecer y producir frutos de santidad para bien de toda la Iglesia, manteniendo
el justo equilibrio entre la vida de oración y el apostolado.
Procuró introducir, ayudado por el papa Calisto III,
la "observancia" de la Regla en todos los conventos, insistiendo de un
modo particular en 1a pobreza religiosa y en el recogimiento interior y
exterior, ya que la relajación suele introduci rse por ahí.
Para ello, se sirvió especialmente de tres medios: de
una Exposición de la Santa Regla, de una redacción de las
Constituciones y sobre todo de la frecuente visita canónica a los conventos,
visita que hacía con toda humildad y fervor y con gran delicadeza de conciencia.
El 7.10.1452 obtenía del papa Clemente V la Bula
"Cum Nulla", por la que quedaban erigidas canónicamente la Segunda y
Tercera Orden del Carmelo.
Escribió tratados llenos de unción espiritual y
profunda doctrina y renunició a varias prebendas eclesiásticas.
Murió en Angers el 25.7.1471.
Fue beatificado por el papa Pío IX en 1866.
Su fiesta se celebra el 24 de julio.
Su espiritualidad
En su precioso libro "Expositio paraenetica in
Regulam Carmelitarum" queda plasmada maravillosamente su rica
espiritualidad.
En cada página se advierte la preocupación de
elevarse más allá de la ascesis y de la observancia exterior para crear y
disfrutar del ambiente contemplativo.
Insiste en afirmar que el fin del religioso y de la
perfección del corazón es alcanzar la oración no interrumpida, ydesde este ángulo
v¡sual considera siempre la soledad, el silencio, la vida común y la
mortificación de los sentidos como medios eficaces para la vida interior.
"Sea una tu celda extedor y otra tu celda
interior... la puerta de la clausura exterior es señal de la clausura interior
para que los sentidos sean siempre orientados interiormente hacia Dios".
La meditación, según el Beato, no es fin en sí misma,
en cuanto que es "Frecuente excogitación, que investiga el modo, la
causa, la razón", mayormente es raciocinio y no tiene eficacia sin la
adhesión de la voluntad, sino que es medio y preparación para llegar a la
contemplación. Así, pues, el beato Soreth sigue la línea tradicional de la
Orden en cuanto al fin de la vida carmelitana. Esto es la contemplación.
Fue muy amante del Santísimo Sacramento, y, en cierta
ocasión, con gran peligro de su vida, salvó un Copón de Formas Consagradas,
que iban a ser pasto de las llamas.
Su mensaje
- que amemos y trabajemos con celo por nuestro Carmelo.
- que seamos observantes de cuanto hemos prometido.
- que nuestras monjas y religiosas sean muchas y
santas.
- que los seglares carmelitas vivan su propio carisma.
Su oración
Te pedimos, Señor, que el Beato Juan Soreth, insigne
en renovar la vida religiosa y, en especial, las comunidades de religiosas
carmelitas, nos haga cada día más fieles en el seguimiento de Cristo y de su
Madre. Amén.
From Los Santos Carmelitas
by P. Rafael María López-Melús