Beato Bautista Mantuano
 
Su vida
Bautista Spagnoli o Mantuano nació en Mantua (Italia)
el 17.4.1447.
Sus padres: Pedro Modover, de origen español y
Constanza Maggi.
Siendo todavía muy joven, entró a formar parte de la
Orden del Carmen en la célebre Congregación Mantuana, en la ciudad de Ferrara,
donde profesó el 1464.
Estuvo dotado de excelentes cualidades y por ello los
superiores le encomendaron desde muy joven misiones muy delicadas.
Terminados sus estudios, fue ordenado sacerdote en
Bolonia y allí recibió de la universidad el Magisterio en Teología el año
1475.
Fue prior en varios conventos y profesor también en
varios centros de estudios superiores. Fue prior de Parma, de Mantua y de Roma.
También fue el superior de la Casa de la Virgen en Loreto durante varios años.
El 1483 fue elegido Vicario General de la Congregación
de Mantua, cargo que desempeñó hasta 1513, en cuyo año fue elegido Prior
General de toda la Orden.
El 1513 fue llamado atomar parte en el Concilio V de
Letrán.
El 1513 el papa León X le encomendó la delicada misión
de paz entre el rey de Francia y el duque de Milán.
La "Biblioteca carmelitana" inserta los títulos
de 70 obras suyas, de las que se publicaron 57.
Su sola "Parthenice Mar¡ana" consta de
55.000 versos.
Su fama como poeta y como ejemplar religioso se extendió
por doquier y la popularidad fervorosa y apasionada acompañaba su nombre por
todas partes: primero en Italia y luego en Europa.
La razón de esta popularidad era la pureza y elegancia
de su latín y el ardor de su espíritu de reformador, que suponia en su lira
notas de sabor místico.
Por ello sus poesías eran leídas en todos los centros
docentes y declamadas con gracia y aplauso en públicos certámenes literarios.
Se le ha llamado el "Virgilio Cristiano",
ya que consagró sus canciones, su lira y su vida al único Dios verdadero.
Atrajo a la fe a muchos eruditos de su tiempo. Con sus
penetrantes y agudos escritos atajó el mal que se cernía sobre la Iglesia y el
mundo.
De alguna de sus obras se hicieron hasta 150 ediciones.
Escribió preciosos tratados en prosa y en verso e
"hizo servir a Cristo su prodigiosa vena poética".
Murióen Mantuae el 20.3.1516. ElpapaLeónXlll el
17.12.1885 aprobó su culto inmemorial.
Su fiesta se celebraba antes el 20 de marzo y ahora el
17 de abril.
Su espiritualidad
Las notas y hondos sentires de su alma mística vienen
de Dios y a Dios retornan. Evocan el ser supremo: su esencia, sus infinitas
perfecciones.
Cantan a la Virgen: sus grandezas, su poder, su bondad.
Exaltan la virtud vistiéndola con las galas de su
inspiración y fustigan el vicio con visión hórrida de monstruo.
Exaltan la fe y llaman a filas a sus defensores contra
la herejía.
Se crece ante la esfinge de la muerte, o la teme, la
embellece con suspiros de virtudes teologales y escribe cuando se siente morir
unos versos como oración de agonizante.
En el campo de su ministerio sacerdotal predicaba al
pueblo con palabra luminosa y fervor apostólico.
Se distinguía también por su fin isimo tacto en la
dirección de las conciencias; ganaba para el Señor los más endurecidos
corazones, haciendo renacer la frecuencia de los sacramentos, verdadera señal
de la regeneración de las costumbres, haciéndose todo para todos para ganarlos
a Jesucristo.
Tenía predilección, sin embargo, por la vida retirada
y penitente, la guarda de los sentidos y la huida de todas las ocasiones
peligrosas.
Amaba con indecible ternura a la Virgen María del
Carmen; predicaba con frecuencia sobre sus grandezas y privilegios y escribió
tres libros para ensalzar sus virtudes, particularmente su pureza.
Su mensaje
  - que amemos y embellezcamos el Carmelo. 
  
 - que la cultura y la sabiduría nos lleven a Dios. 
  
 - que nuestro celo conduzca los hombres a Dios. 
  
 - que sirvamos e imitemos a Maria como el Beato
    Bautista.
 
Su oración
Señor, Dios nuestro, que hiciste del Beato Bautista,
fiel servidor de María, un modelo de meditación y predicación de tu palabra;
concédenos, por su intercesión, saborear como Maria la Escritura y, como ella,
proclamar tus grandezas con nuestra vida. Amén.
 From Los Santos Carmelitas
by P. Rafael María López-Melús