Sta. María Magdalena de Pazzi: vida y magisterio místico

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Perfil biográfico: Los Coloquios, primeros meses de 1585

 

Los fenómenos místicos continúan:

·         Antes de proseguir con la extraordinaria experiencia mística de esta joven carmelita, debemos situarnos un poco más en el contexto histórico de la santa. Debemos tener en cuenta que Santa María Magdalena de Pazzi vivió a caballo entre el siglo XVI y principios del XVII. Eso implica que vivió entre el renacimiento tardío y el barroco. Este dato es importante porque durante el barroco se consideró que todas las experiencias de éxtasis, raptos y demás fenómenos místicos eran garantes de la santidad de una persona, cosa que no es cierta, ya que para ser santo no es necesario experimentar éxtasis o visiones. Sólo basta con vivir la vida cristiana en grado heroico y cumplir aquello que Dios nos pide en nuestra vida.

·         Luego de cuatro meses de volver a la normalidad, desde el 15 de agosto de 1584 hasta Navidad de ese año volvieron los éxtasis a ocurrir con mayor frecuencia. Una de sus hermanas de comunidad, Sor María Pacifica en los testimonios para la canonización, dijo que la santa había sufrido tantos éxtasis durante el tiempo que vivió con ella que no los podría contar. Sor Magdalena caía en éxtasis no tan sólo en el rezo coral, sino durante la Misa, u otro acto de oración. Ocurrían también mientras se desvestía, preparaba el pan para la comunidad, hablaba con una hermana, preparaba la mesa o en otro momento cotidiano. En ocasiones hubo éxtasis que duraron días enteros o noches enteras. Cuando estaba las noches enteras en éxtasis, no daba señales de cansancio al día siguiente durante los rezos o el trabajo. Sólo cuando vivió los éxtasis relacionados a la Pasión del Señor mostró señales de cansancio. 

·         En este período cambiaron las hermanas el método de recoger por escrito el contenido de los éxtasis. En un principio la propia Magdalena tenía que contar todo lo experimentado. Luego de la redacción la santa revisaba el resumen para ver si correspondía con lo que había experimentado, pero nunca quedaba satisfecha porque no había palabra humana capaz de describir su interacción directa con el misterio de Dios. Ante esto decidieron copiar literalmente lo que la santa decía o hacía durante el éxtasis para acercarse un poco más al contenido. Pero con el aumento de los éxtasis la situación se volvió demasiado difícil y optaron por que fuese un equipo de tres hermanas que copiasen todo. Ese grupo estaba compuesto por la propia santa, Sor Magdalena Mori como secretaria y la Madre Evangelista del Giocondo como colaboradora y formadora de la Santa. 

·         Entre los datos curiosos para sus hermanas que hacían de amanuenses era cómo durante el éxtasis tenía un perfecto dominio del latín y de la gramática, aunque no los hubiese estudiado nunca. También durante los éxtasis recitaba en perfecto latín pasajes enteros de la Sagrada Escritura y otros escritos. Cuando se le hablaba no escuchaba nada más que las órdenes que se le hacían en virtud de santa obediencia. Otro detalle es que no tan sólo hablaba con la Santísima Trinidad, sino con la Santísima Virgen y algunos santos que la aconsejaban.

Espiritualidad

Los Coloquios y los dones místicos:

·         El manuscrito de Los Coloquios[1] correspondería a los éxtasis sucedidos entre la Navidad de 1584 hasta el 4 de junio de 1585. El contenido son cincuenta relaciones sobre los coloquios que la santa tenía con Dios durante los éxtasis.

·         A pesar de su intensa vida mística, la joven profesa siempre trató de pasar desapercibida en su comunidad, llevando una vida de ascesis continua. Siempre fue la primera en los trabajos pesados, como lavar la ropa y hacer el pan para la comunidad. A pesar de su constitución frágil y ser de baja estatura, poseía una fuerza extraordinaria para hacer sus labores conventuales. 

·         Aun a pesar del deseo de anonimato de Sor Magdalena, el Señor la hizo una esposa privilegiada. Es importante el sentido de la palabra: esposa en el lenguaje de la santa. Este término se refiere a una mujer consagrada, que a los ojos de Magdalena tiene la inmensa misión de ser Sponsa Christi[2], unida a Él por el amor (el amor), la levantará hacia su esposo en igualdad. Recordemos lo que dice San Juan de la Cruz: que lo propio del amor es igualar. Ese movimiento de amor que la levanta es la contemplación del misterio de Dios que día tras día la transforma y asimila a su esposo el Verbo. 

·         El proceso de asimilación con Cristo que vivió Santa María Magdalena de Pazzi la hizo partícipe de una serie de gracias extraordinarias entre las que están: la participación en la Pasión del Señor en tres ocasiones, la recepción de los estigmas del Señor y de la corona de espinas, y por último, el anillo del desposorio místico con el Verbo. Todas estas gracias marcaron el espíritu de la joven profesa, pero jamás fueron visibles en su cuerpo.

·         La noche del 5 de marzo de 1585, Jesús cambia el corazón de Sor Magdalena y le pone el de la Virgen María. La santa relata dicha experiencia en Los Coloquios. Ella cuenta que el cambio de corazón el mismo Jesús se lo explica diciéndole: “Sentirás un gran deseo de sufrir por mi amor, y tendrás un gran amor por las criaturas, fieles e infieles; el amor y el deseo que cada criatura se salve y venga a mí serán de una intensidad que tu fragilidad no podrá soportar”. (CO1, 218)

·         Hay otro fenómeno místico poco usual, el de la cardiografía. El día de la fiesta de la Anunciación de 1585 a las 11 de la mañana, San Agustín se le aparece y le escribe en el corazón: “Et Verbum caro factum est’’. Las primeras dos palabras en dorado representando lo divino, de caro al resto de la frase en rojo sangre por la sangre de Jesús. San Agustín le comunica que de ese momento en adelante Dios moraría de manera especial en su corazón.

·         Ese año la santa vivió una semana santa muy particular. El lunes santo recibió en su alma la infusión de los estigmas por segunda vez, los cuales ya había recibido en el período de Los Cuarenta Días. Sor Magdalena se ofreció toda a Cristo: sus facultades y sentimientos, hasta sentirse profundamente unida a su esposo. Es cuando San Agustín se le vuelve a aparecer y le añade a la frase ya escrita: Sanguis Unionis[3]. El miércoles santo ella contempló las operaciones de la Trinidad, dentro y fuera de ésta, y cómo esas operaciones afectan a la Iglesia. La Iglesia vista como primera esposa y las almas de los fieles como segunda esposa. El Jueves Santo desde el mediodía hasta poco después del mediodía del Viernes Santo tiene uno de los éxtasis más largos de su vida: revive por completo la Pasión del Señor[4]. La santa revive el drama de la pasión desde la despedida de Jesús a su Madre el Jueves Santo hasta que expira en la cruz. La santa va reviviendo paso a paso la Pasión del Señor en diversas dependencias del monasterio, y participa de sufrimientos morales y físicos bastante violentos. El Domingo de Pascua recibe un inmenso gozo al contemplar a Jesús resucitado y contemplar con alegría el encuentro entre el resucitado y su Madre.

·          El 28 de abril, durante la toma de hábito de una hermana, ocurre otro éxtasis. Vuelve a aparecer San Agustín donde cierra la frase con lo siguiente: Puritas coniunxit Verbum ad Mariam et Sponsum at Sponsam[5], es el día del desposorio místico. Durante esta visión, Santa Catalina de Siena y San Agustín toman la mano de Sor Magdalena y el Verbo le coloca el anillo. A los pocos días Jesús, ante la presencia de la Virgen, San Agustín, Santa Catalina de Siena y San Ángel de Sicilia, culmina el desposorio místico coronándola con una corona de espinas.  

Selección de textos:

1)      Después volvió a hablar considerando la unión que hace el alma con Dios: «Oh feliz aquel alma que está unida contigo, Verbo, y que se apacienta y nutre de ti, Verbo, y no encuentra quietud y no se contenta sino contigo, Verbo. Sólo tu amor, Verbo, nos puede hacer quietos, porque fuimos creados para amar y poseerte».

«Cuanto más te busco, tanto más estoy insatisfecha de buscarte».

Mientras estaba en coloquio familiar con Jesús, San Agustín y Santa Catalina de Siena hablaba de sí misma. Entre las cosas que dijo: «Oh Catalina, oh Catalina, yo sé que no debo igualarme a ti». Con estas palabras y otras que salieron de su boca con gran fatiga, hacía entender cómo Jesús quería que en todas las cosas fuera similar a Santa Catalina, pero en menor grado en cada cosa.

Como decir, Santa Catalina había sido desposada por Jesús exteriormente[6], pero ella interiormente en su alma había tenido el anillo de Jesús. Santa Catalina había tenido los estigmas en el cuerpo y en el alma, de modo que se pudiesen ver exteriormente; a ella interiormente le fueron impresos en el alma en dos ocasiones, y la última vez tuvo algo en su cuerpo a modo de infusión y no de inmersión, como nos dice. Santa Catalina estaba vestida de sangre, y a ella le habían sido escritas en el corazón por San Agustín estas palabras: sanguis unionis. Santa Catalina tenía el Corazón de Jesús, y ella el de María. Por último, Santa Catalina se había esforzado mucho, o Jesús se sirvió de ella muchísimo para atraer a Él muchas almas, y había hecho grandes obras por la Santa Iglesia; así ella les debía conducir de las creaturas, y quería servirse de ella y la había escogido para la salvación de muchas almas, así como le había mostrado más de una vez.

(I Colloqui, 344)

La mística, una experiencia que transforma:

·         Las experiencias extraordinarias vividas por Santa María Magdalena de Pazzi fueron para ella una iniciación progresiva en el misterio de Dios que al mismo tiempo es una experiencia transformante. Aquí toca el tema de la contemplación, que es un término mucho más complejo y rico dentro de la tradición del Carmelo. La tradición del Carmelo no tan sólo a la luz del magisterio de nuestra santa, sino unida al magisterio de los grandes místicos de la Orden, ha visto la contemplación como un proceso de muerte y resurrección, donde muere el hombre viejo con todo su lastre de pecado, para ser renovado completamente y así nacer un hombre nuevo a la medida de Cristo en su plenitud. Este tema de la trasformación en la mística católica es fundamental para conocer nuestra fe y poderla contrastar con el protestantismo que tiene una visión pesimista del ser humano. Para el protestantismo la obra redentora de Cristo no es otra cosa que dar un barniz de bondad al hombre que en el fondo sigue siendo malo. Para nuestra tradición católica, el hombre es renovado por completo pasando por un proceso de muerte y resurrección espiritual (proceso de santificación). De manera que una vez renovado, alcanza la unión perfecta con Dios por el amor, siendo partícipe de la vida divina.

·         En la experiencia mística de Magdalena de Pazzi podemos ver claramente ese proceso de trasformación en la experiencia del cambio de corazón que Jesús le hizo dándole el de la Virgen. Jesús en esta experiencia le dice: «Como tú comprenderás sobre esto: sentirás tener en ti un gran deseo de padecer por mi amor y un gran amor hacia todas las criaturas, tanto las infieles como las otras; y será de tal suerte que no pudiéndolo soportar por tu fragilidad, me rezarás que yo te lo quite. Y será este amor el deseo que cada criatura se salve y venga a mí.» (CO1, 218)[7].

·         Debemos concluir que la verdadera experiencia de Dios, sea extraordinaria u ordinaria, siempre es una que nos transforma. Nos lleva a morir a nosotros mismos y a ser criaturas nuevas, de manera que seamos verdaderos hombres y mujeres de Dios.

Dios es pureza:

·         El tema de la pureza es uno recurrente en la literatura espiritual del 1500. Pero el término que se utilizaba era el del amor puro, refiriéndose al amor libre de egoísmo, necesario para poder alcanzar la unión con Dios. En esta circunstancia, el término pureza trasciende a lo que ordinariamente se le ha restringido como la inocencia o la virginidad. Asume una dimensión mucho más profunda. La pureza empieza a aparecer en la experiencia mística de sor Magdalena desde los primeros éxtasis recogidos en Los Cuarenta Días. Algunas de las luces recibidas sobre dicho tema son expresadas de manera original. Nuestra santa vivió su proceso de santificación personal en el monasterio siendo muy coherente con las intuiciones espirituales que recibía respecto a la pureza. Decía ella sobre su futuro proceso de purificación que viviría próximamente: Si Dios es pureza, se explica aquel lugar y terrible proceso de purificación por medio del cual ella debía ser conformada con Dios.

·         Como decíamos arriba, el término pureza en nuestros días ha sido casi restringido al campo de la castidad. Para poder hacer una relectura del término pureza en el lenguaje magdaleniano, habría que interpretarlo en la actualidad como santidad. Una originalidad en la experiencia de Santa María Magdalena de Pazzi es que Dios Padre habla de su propio ser como pureza.

·         La pureza a la que con tanto empeño Sor Magdalena se refiere a nivel humano no es otra que aquel estado de inocencia que el hombre gozaba antes de cometer el pecado original. El mejor espejo de esa pureza lo vemos en la Inmaculada Concepción de María Santísima. 

Partícipes de la pureza divina:

·          El día de su profesión, Sor Magdalena recibió el don de la pureza de María. Un año más tarde recibe la pureza de Dios que tanto ha contemplado; esto aparece en la conclusión del libro de Los Coloquios. Cuando recibió ese carisma dijo estas palabras: «Tomo la pureza de quien me tomó, y no la dejaré sino hasta la separación del alma y el cuerpo.» Es un don que sólo recibe una persona muerta a sí misma.

·         Un 17 de mayo de 1585 Dios Padre le prometió a sor Magdalena que recibiría la pureza que hemos mencionado, pero que antes tendría que cumplir cuatro requisitos:

1.      La primera condición radica en vivir de modo que toda su capacidad de comprender y querer fuese en Dios.

2.      La segunda condición consiste en que es necesario a la pureza que una persona se esfuerce en vivir orientada a Dios, alejándose de toda imagen o fantasía que lo separase de Él y alejándose del más mínimo pecado. Estos son los que el Verbo llama bienaventurados porque ellos verán a Dios.

3.      La tercera cosa que se pide es la pureza del cuerpo, que usualmente llamamos castidad. En el caso de Sor Magdalena y sus hermanas hablamos de virginidad. En este caso las personas vírgenes son las que son en cierta medida similares a Dios y son como un retorno al estado primitivo de inocencia al cual el hombre fue creado.

4.      La última condición es la humildad, le es tan agradable a Dios que sin ella las otras carecen de valor. Dice la santa: «La humildad es madre de la pureza y la pureza es madre de la humildad.» (CO2, 347)

·         Otras frases: «La pureza del alma es como un río que se dilata en Dios» (CO1, 122)

·         «El Señor reposa en la pureza del alma.» (CO1, 126)

Bienaventurados los limpios de corazón:

·         El discurso de Sor Magdalena sobre la pureza es primeramente teológico y luego moral. De la contemplación de Dios como pureza, nuestra santa intuye el recorrido espiritual que el ser humano debe recorrer para unirse a su creador.

·         La bienaventuranza evangélica del corazón[8] hace referencia a que el corazón representa la totalidad del ser humano, comenzando por la mente. Entiéndase que con la transformación del corazón se regenera todo el ser y nos capacita para el encuentro con Dios. A eso es que la santa quiere conducir a sus lectores.

·         Cristo, después de haberse entregado por su Iglesia-Esposa, la hermosea y purifica con su sangre, y la prepara para comparecer ante Él «sin mancha, ni arruga o cosa parecida, sino santa e Inmaculada» (Ef 5,27).

·         El cristiano debe trabajar por su propia purificación, configurándose con Cristo, Hijo de Dios vivo. Mirándole a Él, “se purifica a sí mismo, como Él es puro’’[9], haciéndose semejante a Dios, se vuelve capaz de verlo como Él es[10].

·         La pureza va ordenada a la visión de Dios. Por ello Santa Magdalena contempla la pureza como aquel tesoro escondido en el campo, que como creatura vende todo y va tras ello (CO1, 146).

·         Recordemos que este tema de la pureza entronca con nuestra tradición como Orden con el documento que es la raíz de toda la espiritualidad del Carmelo, la Regla de San Alberto, donde dice en el cap.2: “habréis de vivir en obsequio de Jesucristo y servirle fielmente con corazón puro y buena conciencia.”

Selección de textos:

1.      «El alma será glorificada para que participe de la gloria de la divinidad y humanidad del Verbo, y esta gloria será tanta cuanto el alma es capaz de recibir. Si no hubiese perdido la inocencia en la que fue creada, su pureza hubiese sido tal que no sólo los ángeles sino la misma humanidad del Verbo, que aunque no es divina se mantiene unida a la divinidad, permanecería admirada y se maravillaría a sí misma. Y aunque el alma no tendrá aquella pureza como antes de perder la inocencia, no será de una pureza menor para unirla a Dios que es la pureza misma.

Donde el alma, conociéndose pura, irá con sus puros y hermosos ojos mirando o aquí o allá, a diestra o izquierda, de dónde viene tanta pureza; viene de la sangre del Verbo, es aquello que nos da la pureza, por medio de la cual el alma se une con Dios en un modo tan grande que ni con el pensamiento, ni con una palabra, ni con un deseo, ni con una obra, ni con un solo pestañar se separaría nunca de la unión y la atención de Dios» (CO2, 388).

2.      «¡Oh Madre mía, María!

¿Dónde dejo aquella pureza difícil de alcanzar de María?

Oh María, tus ojos tiran esplendor de pureza.

Tú, pura, con el puro lo acercas al Puro.

Oh pureza, oh pureza, oh pureza;

y una ejercitada, y efectivamente poseída humildad.

No fue nunca, ni nunca habrá humildad sin pureza,

ni pureza sin humildad.

Tú diste a luz a Aquel que nos dio conocimiento de la pureza,

Aquel que la creó y Aquel que la debe remunerar» (CO1, 344).

 

La luz de la Verdad:

·         Cuando nuestra santa recibió el don místico de la pureza, todavía no había atravesado por la dura prueba que la transformaría en una nueva creatura, como dice San Pablo. Para ella, además de ser un anticipo de esa pureza a la que Dios la llama, la sumergió en un profundo conocimiento de sí misma y de la miseria que todavía quedaba en ella. Ese conocimiento es como una luz dulce que la disponía a entrar a conciencia en el camino de la purificación. En el proceso de la prueba el concepto de pureza va teniendo matices más profundos.

·         A la luz de su experiencia, Sor Magdalena vivía una atmosfera enrarecida donde era consciente del querer de Dios sobre ella: estar revestida de pureza, «el alma se debe dejar mover por el intrínseco tirón del Verbo» (CO2, 365). Es el tirón interior que lleva a la creatura a encontrarse con su Señor. A lo largo de esta vida descubre que la verdadera libertad consiste en ser capaces de entrar en sintonía con Dios.

La Pasión del Señor en Sta. María Magdalena de Pazzi:

·         La contemplación de la pasión del Señor, centrada en la crucifixión es un pilar central del magisterio espiritual de nuestra santa. Este aspecto está muy presente en los primeros dos años de experiencias místicas de nuestra santa. Vemos los antecedentes de la estrecha relación de nuestra santa y la meditación de la Pasión con el libro que usaba para meditar a temprana edad: Las Instrucciones, del Padre Gaspar Loarte, S.J. (1498-1578).

·         Su Carmelo también era muy devoto de la pasión del Señor. Eso se concretiza en algunas prácticas devocionales, como la procesión claustral que hacían las monjas entre el primer Domingo de Pasión hasta el Viernes Santo. Consistía en que cada hermana cargase una cruz en sus espaldas con una corona de espinas en la cabeza. Esto lo hacían siguiendo los pasos del Señor hasta Getsemaní.

·         En sus experiencias místicas sobre la pasión hay algunos aspectos más acentuados que otros en algunos éxtasis. Algunos de estos aspectos manifiestan la devoción practicada en el monasterio o son fruto de la sensibilidad de la misma santa y se traducen en símbolos. Entre esos símbolos están: la corona de espinas, las llagas, el costado o el corazón. Uno de los símbolos protagónicos es la sangre, es de los más presentes en sus visiones. 

·         Santa María Magdalena de Pazzi vivió en tres ocasiones el drama de la pasión en diversas etapas de su vida. La primera: el 14-15 de junio de 1584, la segunda, el 19-20 de mayo de 1585, y la tercera y última, entre el 26-27 de marzo 1592. Aun a pesar que sus experiencias tienen características propias, también tienen paralelismos comunes con otros místicos que han vivido la pasión del Señor.

·         El primer éxtasis se caracteriza por la estrecha afinidad entre la santa y el Señor. Las diversas estancias del monasterio se transformaron en los escenarios donde la santa revivía paso a paso el drama de la pasión. En esta primera experiencia la pasión es contemplada e interiorizada, mientras que en las otras es sufrida con mayor intensidad y más representativa. La primera experiencia para ella fue una donde volcó todo su amor y fuego devocional llamando contantemente al Señor: Amor. También mostró unos sentimientos de gran agresividad contra Judas; hacia Pedro y los apóstoles demuestra ironía por su sueño y acciones en Getsemaní. Ante las condenas injustas de Pilatos y Herodes demuestra un apego visceral al esposo.

·         Los estudiosos dicen que la tercera ocasión que vivió la experiencia, hacia 1592, fue de una mayor participación e identificación con Cristo. Más que los gestos exteriores de las otras experiencias, hay una comunión en los dolores y sufrimientos de Cristo en su ofrenda al Padre. Estos sentimientos serán dominantes en los últimos años de su vida terrena.

·         Las tres experiencias extáticas tuvieron una duración excepcional. El primer éxtasis duró 16 horas, el segundo duró 26 horas y el tercero 24 horas. Todos los éxtasis empezaban hacia el jueves a mediodía y terminaban el viernes hacia el mediodía. El ritmo de las horas es importante según algunos estudiosos, pues guarda una relación directa con los relojes de la pasión, que a su vez están vinculados con la literatura patrística tardía del bajo medioevo.

·         En la contemplación de la pasión es ineludible la referencia a la Palabra de Dios, particularmente a los evangelios. El primer éxtasis no es muy rico en referencias bíblicas, el segundo éxtasis es una explosión de alusiones bíblicas, el tercer y último éxtasis disminuye un poco las referencias bíblicas. Entre las referencias bíblicas las fuentes primarias son los evangelios, en un segundo plano los salmos, en el último éxtasis los salmos son dejados a un lado por Isaías. En un menor grado hay citas de las cartas paulinas, de las cartas de Pedro y del Apocalipsis.

  

Bibliografía

Monache Carmelitane del Carmelo S. Anna in Carpineto Romano. (2006). ...come un agnello condotto al macello (Is 53,7) La Passione di Gesù in Santa María Maddalena de'Pazzi. Perugia: Graphe.IT Edizioni.

Moschetti, P. (2006). IL grido dell' Amore, Vita e spiritualità di santa Maria Maddalena de'Pazzi. Firenze: Edizioni Feeria Comunità di San Leonino.

Orešková, S. M. (n.d.). S. Maria Maddalena de'Pazzi, la santa dell'Amore non amato". Comunità Famiglia di Maria.

Tuveri, G. (2008). La Sainte Flamme sur le pas de Sainte Marie-Madeleine de Pazzi. Paris: Parole et Silence.

 


[1] Son dos volúmenes.

[2] Esposa de Cristo

[3] Unión de sangre.

[4] Hay una contradicción en la fecha de este éxtasis. Tuveri lo coloca en este período, mientras que las Monjas Carmelitas de Carpineto Romano lo colocan el 19-20 de mayo de ese 1585.

[5] La pureza unió al Verbo con Magdalena, el esposo con la esposa. 

[6] Algunos biógrafos de Santa Catalina dicen que el anillo del desposorio místico era perceptible en la mano de la santa porque tenía una mancha roja en el dedo como si tuviese el anillo.

[7] CO1 son las siglas al primer volumen de Los Coloquios.

[8] Mt 5,8

[9] 1 Jn 3,3

[10] 1 Jn 3,2


Preparado por: Christian C. Hernández Rosado, TOC
Comunidad TOC de Santa Teresita, San Juan, Puerto Rico
Provincia O.Carm.: Aragón, Castilla y Valencia-Antillas